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martes, 10 de diciembre de 2013

Carta de nuestro Alcalde Angel Mendez


CARTA ABIERTA A LA COMUNIDAD EDUCATIVA DE ENCINASOLA





      Estimadas madres, padres, maestras, maestros y niños-as del CEIP Rufino Blanco de Encinasola:

      Me veo en la obligación de dirigirme a ustedes para intentar, al menos, solventar y hacer justicia sobre el tema del “Belén Viviente” de nuestro Colegio; podría dejar el asunto y “pasar” de él por pura comodidad, pero viendo el cariz tergiversado del mismo que se está dando a entender, tengo la responsabilidad, como alcalde, como persona, como maestro, como padre de alumnos-as de este Colegio, de defenderme de las difamaciones y mentiras  que se han vertido sobre mi persona.
     
      Verán ustedes, fue el viernes 22 de Noviembre cuando entré en el Colegio para tratar unos asuntos con  el director, es algo que hago a menudo, siempre que se me pide de la forma que fuere allí acudo; nada más entrar la impresión que me llevé fue clara, mi sentido común me decía que aquello era una exageración de situación de peligro para todos-as los niños y niñas de nuestro Colegio. Cuando entré en la dirección , estando allí presente todo el Equipo Directivo, tras indicar de forma absolutamente sincera el tremendo esfuerzo realizado y la belleza de lo conseguido, pidiendo excusas por lo que iba a expresar, les indiqué que observaba una situación inequívoca de  peligro muy elevado que además dejaba sin salida a los-as usuarios-as del Centro Educativo; todo ello como una opinión y una visión personal, basada en décadas de experiencia de todo tipo con el alumnado. El director me indicó que no lo había pensado pero que ahora percibía que, efectivamente, podría haber riesgos elevados; me indicaron desde el Equipo Directivo también en esta conversación que otro padre lo había manifestado unos días antes en la reunión de tutoría de su hijo. En aquella reunión el director se planteaba que hacer pues no se quería, lógicamente, echar por tierra tan estupendo trabajo; yo sugerí al director que podría intentar hablar con la Delegación de Educación o personal que llevará el tema de riesgos en los colegios y, según él ha manifestado, así lo hizo. Empezaba a entrar en conflicto el tema del riesgo para los-as escolares y el tema del trabajo realizado.
      
      Antes de continuar esta larga exposición, conociendo que es una de las críticas que se me hacen quiero expresar lo que sigue:
      ¿Y porqué no lo dijo antes? - arguyen algunos como crítica a mi actitud -.
      Pues simple y llanamente porque antes no lo había percibido.
      ¿Pero es que había estado antes en el Colegio' – insisten -.
      Efectivamente  unas semanas antes, había entrado en el Colegio, tras recibir una llamada que me indicaba que mi hija  estaba enferma; deje mi trabajo en el Ayuntamiento, corrí al Colegio, entrando por la escalera de la derecha, subí rápido y llegué a la clase de tercero, que estaba realizando actividades con el profesor de Educación Física, la recogí, baje y fui al médico con ella. Estimados miembros de la Comunidad Educativa cuando yo estuve no existía todavía en la zona por la que pasé la exuberancia de papel y las salidas y escaleras repletas de este papel, al menos eso creo pues yo no me di cuenta de ello. Sería el colmo pensar que, a sabiendas, he estado esperando a que se terminara el trabajo para “dar por culo”, con perdón; si alguien cree esto lo más suave que puedo decirle es que me apena inmensamente y que está rotundamente equivocado-a.
      Sigamos. Por azar, contacté con el padre que también había tenido esa “visión apocalíptica” del colegio, o de ratonera como más tarde diría un  bombero muy experto  en estos temas; quisimos pedir opinión desde el Ayuntamiento a la inspección e intentamos contactar primero con el inspector de zona, y al no conseguirlo, contactamos con el jefe de inspección. Nos atendió su sustituto, pues no estaba allí en esos momentos; esta persona, Cecilio, de nombre, habló con el altavoz del teléfono abierto y los que allí estábamos pudimos escuchar claramente su criterio. Por coincidencia era una personas que, hace ya bastantes años, había comenzado con el Belén Viviente de Beas; nos indicaba que años después se ponían las manos en la cabeza ante la barbaridad que percibían se había hecho y que daban gracias al cielo por que no hubiera ocurrido nada; ahora dicho portal se hace en sala ignífuga y con materiales ignífugos; por ello prevenía de lo importante de adaptar la actividad al Plan de Emergencia del Colegio, planteando las modificaciones que fuesen necesarias tanto al Plan en sí como a la actividad, para evitar riesgos, al ser muy importante lo que se arriesgaba: la vida de los niños.
      Nos faltó tiempo para comunicar al director nuestra conversación con dicho inspector; por cierto este había hablado en Huelva con el inspector de referencia y con un técnico del ISE y no le habían puesto problemas para la actividad, yo le sugería al director que se lo pidiera por escrito para ver si eran tan valientes expresándose. Al poco he recibido una llamada del inspector de referencia de la zona, alertado, sin duda, por nuestra llamada a la inspección, en la cual dejaba caer de forma clara que su misión eran los temas del currículo y de control educativo y para nada los de prevención de este tipo de riesgos en los cuales no era experto, aconsejando buscar a expertos en tema para el asunto de la seguridad.
      En todo este devenir me llama el director del Colegio, con el cual tenía y tengo unas magníficas relaciones, y me dice que tiene dudas sobre que hacer y hasta donde puede llegar en la decoración del Colegio; me pregunta si no podríamos traer a un bombero experto que nos diera indicaciones adecuadas, y yo le contesté que iba a intentarlo, que si fallaba, los técnicos del Ayuntamiento vendrían al día siguiente y también emitirían su opinión; me faltó tiempo, pues estando cercanas las dos de la tarde llamé a Camilo, que es el bombero experto en temas de prevención de riesgos en nuestra zona; tras una larga conversación en la que me expresaba la dificultad para venir en los próximos días por las reuniones que ya tenía planificadas, le pedí un esfuerzo, que le agradezco enormemente, y sin parar siquiera a comer,  vino a Encinasola, siendo el director del Colegio quien me llamó antes de las cuatro de la tarde diciéndome que ya estaba el bombero en el Colegio; rápido voy para el Colegio, no sin antes llamar a D.José Luís Galdón, que por cierto era el padre que días antes había percibido también esta situación y que había estado conmigo en las conversaciones con inspección etc.
      Cuando entré en la dirección lo primero que me dijo el bombero fue que la situación no era como yo la había descrito, que me había quedado corto, que era mucho más grave; esta persona, a mi parecer nos dio a todos-as una auténtica lección sobre los riesgos y la prevención de los mismos en un Colegio. Paso a resumir su intervención:
                   El Colegio es una auténtica ratonera, con peligro extremo.
                   Todas las salidas del Colegio, sin excepción, están bloqueadas, en el sentido de que la acumulación de papel con pintura en las mismas haría imposible la salida de los niños y niñas ante un incendio.
                   Las escaleras, por las que tendrían que bajar los niños-as de la planta de arriba, están igualmente bloqueadas y por ellas no podría bajar ningún escolar.
                   El papel es altamente inflamable, más aún el papel continuo arrugado que cubre gran parte del edificio; además contiene productos como pintura, aguarrás etc que son altamente inflamables, y toda la planta baja está cubierta por estos elementos.
                   El papel ardería de forma inmediata y no sería posible con un extintor controlar este efecto.
                   Pero aún más grave serían los efectos del humo nocivo que se iba a desprender y que subiría rápidamente a la planta de arriba; los niños y niñas no tendrían salida posible por las escaleras y además, al ser niños pequeños, tenderían a esconderse y el adulto tendría dificultades para un posible intento de evacuación rápida, pues por otros casos se conoce que en estas situaciones, con los niños-as,  ocurre así; igual sucedería con los pequeños-as de la planta de abajo.
                   Las calefacciones, caja de automáticos, cajas de conexiones, enchufes e interruptores, tubos de agua caliente estaban totalmente cubiertos por papel con pintura inflamable; recalca que no se deben cubrir las calefacciones, pues el calor, al no tener salida, va en aumento siendo un serio peligro de incendio; también indica que puede producirse un accidente, derivaciones o cortocircuitos que dieran lugar a un incendio; cualquier aparato de música etc también podría producirlo; todo ello sin contar con un acto de gamberrismo o de inconsciencia (un mechero, un petardo etc), que en la situación del Colegio podría producir un desenlace sin solución.
                   De la parte derecha de preescolar dijo de forma clara que era, en caso de incendio una “bola de fuego” sin posibilidad de contención; siendo peligrosísimo el papel que hacía de techo en el pasillo.
                   Los cambios producidos en el Colegio afectan a toda la planta baja y el Planeamiento de riesgos existente no es valido, pues es como si hubiese habido un cambio estructural en el edificio.
                   Concluye indicando al Equipo Directivo que deben actuar de inmediato respecto al tema en cuestión.



         Su recomendación fue clara y observando las dudas que aun manifestaba el director, expuso varios ejemplos de incendios en Colegios y lugares escolares; en un tono amable y de total colaboración, sintiéndose un poco extrañado porque hubiese alguna reticencia  expresó que siendo conocedor de la situación, o se actuaba de alguna manera o se vería obligado, por el bien de los niños y niñas del Colegio y por ser su deber como bombero y como persona a denunciar el caso; todo ello no como una amenaza, ni mucho menos, sino como una forma de hacer ver la importancia de lo que se estaba tratando. Tras un pequeño conato entre José Luis y el Jefe de Estudios, intervine indicando  que en todo momento había intentado abrir los ojos al director y a su equipo, pero que, realmente, mi deber como alcalde era al igual que el bombero, en caso de no actuar, como ya se está haciendo, intervenir para evitar semejante actuación. Todo ello desde el más absoluto respeto, comprensión y sentido de la colaboración hacia el director y su equipo; observando lo mal que lo estaba pasando el director todo el mundo le animó para hacerle ver que en absoluto lo ocurrido se podía entender como un fracaso, al contrario que deberíamos agradecer que pudiéramos estar tomando medidas adecuadas. Al final de la reunión solicite verbalmente al director que me gustaría estar en el Consejo Escolar para dar todas las explicaciones que fuesen necesarias y ayudar en las decisiones a tomar; se me indicó que para ello tendría que aprobar mi presencia el Consejo Escolar y como entendí que , de alguna manera, se prefería que yo no estuviese, pues no se me dio ninguna solución a mi petición, decidí no insistir para no presionar; como soy “pájaro viejo” en este tipo de asuntos, intuía que mi presencia podría haber evitado interpretaciones engañosas e incompletas, de hecho hubo quien se preguntaba por mi ausencia en ese Consejo.
      Aquí quiero contestar a acusaciones, que se han hecho a mis espaldas, y que por favor pido, que en otra ocasión, se me hagan de forma directa para poder contestarlas y porque yo no guardo rencores a nadie porque me diga algo desde la educación y los modos correctos.
       “Podría haber hecho la vista gorda”
      Miren en la vida casi todo es un riesgo, en el pueblo te puedes tropezar y caerte, en un colegio te tropiezas, te das contra una portería y te rompes la cabeza, las carrozas de los Reyes Magos (a las que alguien se refirió) tiene riesgos, pueden salir a arder por los focos por ejemplo; en este último caso se lleva un extintor en cada una de ellas, el amigo Barroso coloca los focos intentando que no supongan un peligro, las madres deben ir en todo momento al lado de los niños y niñas y, en última instancia, los niños y niñas pueden saltar al suelo aunque se rompan una pierna. ¡pero en caso de incendio en la situación descrita del Colegio, no hay salida posible, salvo tirarse por la ventana a diez metros de altura y caer sobre el duro suelo del patio.
      Los riesgos tienen grados y en este caso el grado es demasiado elevado, no entiendo que un padre o una madre puede alegremente asumirlo, ni para el suyo ni mucho menos para los de los demás; así de claras son las cosas.
      Continúo con la descripción de los hechos sucedidos, para dejar claro mi papel en en todos ellos, que no ha sido otro que el de intentar colaborar con la mejor de las intenciones y con la máxima diligencia con mi Colegio, con mis alumnos, con los profesores y con la Comunidad Educativa, no para hacer ningún daño; todo lo contrario, para evitarlo.
      Así las cosas el miércoles pasado, 27 de noviembre, vinieron los técnicos del Ayuntamiento y tal y como se había quedado fui con ellos a visitar el Centro, con la intención de ayudar en todo lo posible al Director y su Equipo con el problema  que se nos había presentado; fuimos recibidos muy amablemente por el director que nos invitó a ver las instalaciones. Estando allí ya percibí una situación subterránea negativa hacia el que escribe, que barruntaba tendría que atajar a la mayor celeridad posible, pues sabemos como son los pueblos y que una bolita de nieve, se puede convertir en una gran avalancha. El técnico dio toda una serie de consejos similares a los del bombero, aunque cuando vio la habitación con los productos inflamables y se percató del uso de pinturas en vez de temperas, en gran parte de la decoración, matizó la gravedad de su diagnóstico. Nos fuimos y el director quedó en tomar las medidas que nos habían aconsejado.
      Estando en la tarea de la preparación de San Andrés, preparando las actividades en la naturaleza, tenía que ir de forma urgente a la Contienda, habiendo entregado una convocatoria de reunión para comunicarme con profesorado y consejo escolar; opte por hacerla por escrito debido a las numerosas personas invitadas y a la premura de tiempo, no por ninguna otra cuestión extraña;  teniendo en cuenta que era miércoles, y el jueves era el último día de clase; e igualmente que durante la mañana no podía convocar ninguna reunión por estar el profesorado en clase, y que la única tarde que me quedaba para tal reunión era, precisamente, la de ese miércoles; decidí convocarla de urgencia para las 17:00 horas, esperando que, al menos, algunos pudieran venir; no la quise poner más tarde para no dificultar al propio director y Jefe de Estudios que tiene que marchar para poblaciones distintas a Encinasola; fue invitado también a esta reunión D. José Luis Galdón, que aunque estaba en Huelva pospuso ciertos asuntos para poder asistir. Recibí, al parecer, una llamada perdida a última hora de la mañana, pero no me pude percatar de ello por estar fuera de cobertura y porque cuando llegué a las cuatro de la tarde a mi casa, me aparecieron catorce llamadas perdidas y diez mensajes, pero por necesidades vitales (comer y descansar), dejé su contestación para más tarde. Salvo los concejales, nadie asistió a la reunión; pero que quede claro que lo entiendo, que era una convocatoria con poco tiempo, aunque quise creer que, al menos, algunos-as iban a estar; y hubiera sido suficiente para ir calmando el “incendio”, que como desgraciadamente me suele ocurrir, se estaba originando en las vísperas de San Andrés.
      Al día siguiente, jueves, le pedí a nuestro cura párroco que tuviera la amabilidad de reunirse conmigo, y así lo hizo, asistiendo a la reunión también Dª María Bermejo, D.José Luis Galdón y D. Eustaquio Corchado; con esta reunión pretendía desbaratar ciertos comentarios que habían hecho referencia a una intencionalidad oscura en mi presunta actitud, que tendría que ver con algo como ir en contra de actividades relacionadas con el cristianismo; en fin, es lo que me faltaba, que se me acusara de hereje en los tiempos que corren; no tengo absolutamente nada en contra de estas actividades, al contrario, me parecen magníficas y enriquecedoras para el alumnado, y si hubiere, que no lo hay en mi, alguna opinión en contra, jamás usaría mi cargo de alcalde para oponerme a ello;  yo estoy aquí para tirar del carro hacia adelante, de todos los carros posibles.
      Resumiendo,  quiero manifestar de forma clara y meridiana que mi intención ha sido en todo momento positiva y constructiva, de ofrecimiento de ayuda; no al contrario; así que si alguien piensa mal, es que hay un problema, pero ese problema está precisamente en las actitudes pre juiciosas en las que todos solemos caer.
      Termino alabando de nuevo el magnifico trabajo, felicitando sinceramente al profesorado y padres-madres participantes y ofreciendo mi total apoyo al Equipo Directivo en lo que sea menester, y no lo hago por cortesía formal, lo hago sinceramente.
     Permítanme terminar con una poesía que me gusta mucho:


      CULTIVO UNA ROSA BLANCA

       Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.


José Martí






SALUDOS     Ángel Méndez Cortegano (Alcalde de Encinasola)










      

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